En el camino de la autodisciplina, uno a menudo se encuentra con el crítico interior: esa voz persistente de duda y negatividad que puede descarrilar incluso los esfuerzos más decididos. Esta voz puede manifestarse como un detractor implacable, socavando constantemente la confianza y la fuerza de voluntad.
Cuando no somos capaces de identificar y separar ese crítico interno, estamos permitiendo que afecte a nuestro comportamiento y que, de alguna forma, dirija nuestra vida, sabotee nuestras relaciones, acciones y objetivos e impide que vivamos la vida que queremos vivir.
Si su crítico interior le está causando una angustia significativa o obstaculizando su vida diaria, buscar ayuda profesional de un terapeuta o consejero puede ser un paso valioso.
A continuación, puedes introducir una nueva voz interior que sea un aliado que conscientemente busca, se da cuenta y se centra en más de las cosas buenas de ti mismo.
Comprender la Zona de Resistencia y reconocer los entornos y circunstancias que alimentan a su crítico interior es el primer paso para controlarla.
- Ejemplo: Unirse a un grupo de escritura puede ofrecer aliento y críticas constructivas, ayudando a calmar las dudas sobre las propias capacidades.
6º El capataz: te empuja a seguir adelante y teme que si te detienes, te volverás perezoso o que otras personas te juzguen como un fracasado.
El perfeccionista: este crítico interno se centra demasiado en los detalles y la perfección, lo que provoca una gran ansiedad y dudas sobre nuestra capacidad.
7º El controlador interno: trata de controlar tus impulsos en torno a cosas como comer, beber, gastar y tener relaciones sexuales, a menudo recurriendo a tácticas duras para hacerlo. Cuando te equivoques y haga una de estas cosas, el controlador comenzará a culparte y criticarte.
- Ejemplo: Considere un escritor que duda en enviar su trabajo por check here miedo al rechazo. Su crítico interno puede estar recordándoles decepciones pasadas, pero también es una oportunidad para prepararse y aprender de posibles comentarios.
Una forma de separarte del crítico es darle un nombre. Cualquier nombre funcionará; para agregar algo de ligereza, incluso podrías intentar usar un nombre tonto como La Vieja Amargada. Lo importante es que al separarlo de tu propia identidad, estás en camino de liberarte de su influencia.
Por ejemplo, si eres un artista que intenta explorar un nuevo estilo de pintura, tu crítico interior podría decirte que no es lo suficientemente bueno y que debes ceñirte a lo que sabes. Este perfeccionismo puede sofocar su creatividad e impedirle aceptar el cambio.
Decir cosas como: «Eres un gran perdedor y nunca lograrás nada en tu vida, “No vales nada”,”Nadie te quiere” “No le gustas a nadie. No tienes amigos «,
Es fácil centrarse en lo que sigue, en lo que falta o en lo que podría mejorarse, sobre todo cuando tu crítico interior no para de señalar tus defectos. Pero el verdadero crecimiento ocurre cuando te detienes a celebrar lo lejos que has llegado.